A sus 35 años, Alicia Keys se dio cuenta de que era adicta al maquillaje. Se había convertido en una obsesión. Se sentía insegura si salía a la calle con la cara lavada. De repente, después de casi dos décadas usando cosméticos, decidió deshacerse de brochas, pinceles, sombras y pintalabios. Y presentarse tal cual era. Al natural. La decisión la hizo pública a través de una extensa carta fechada el 31 de Mayo de 2016. Su transformación, más profunda que la mera apariencia externa, provocó una gran repercusión. Sin embargo, ese look #nomakeup no es tan “real” como parece.
“Llega un momento en nuestra vida en el que, especialmente las chicas, intentamos ser perfectos”, escribía Keys en su artículo para la famosa web Lenny’s Letter, en el que comunicaba su determinación. Y para la artista estadounidense, ese momento puede que empezara en la escuela, cuando cursaba segundo grado, con 7 u 8 años, y llegaba el ‘día de la foto’: “Ese día en el que llevas tu pelo encrespado ‘porque tu madre te dice que es bonito pero todos tus “amigos” se ríen de ti’”. Y entonces, “agarras el cepillo y la gomina y estiras tu bonito pelo hacia atrás en una coleta lo más estirada posible… escondiendo así una parte de quien eres para encajar en una fotografía y en lo que a los otros les parece que es la perfección”
O ya en la adolescencia… “cuando todas las chicas ‘preciosas’ se ponen lápiz de labios y ‘eyeliner’ y rimel. Algunas quieren parecerse a esas modelos de las revistas, esas que te hacen sentir incómoda contigo misma… o simplemente invisible. Creedme, eso no acaba ahí”.
Cuando en 2001, Alicia Keys debutó con Songs in A Minor (12 millones de copias en todo el mundo) y se convirtió en el centro de atención, “todo el mundo tenía algo que decir… ‘Es demasiado fuerte, actúa como un chico, debe ser gay, debería ser más femenina’… Empecé, más que nunca, a convertirme en un camaleón. Nunca me mostraba como era realmente, constantemente cambiaba para que ‘ellos’ me aceptaran”.
En una entrevista con la revista Glamour de 2020, la cantante reconocía que el maquillaje se había convertido en una adicción: “El maquillaje era algo importante para mí; llevaba maquillándome desde que tenía 16 años. Y entonces, cuando llegué al mundo de la música era lo que hacía cada día, para ir a televisión o para una sesión de fotos. Lo hacía porque se supone que es lo que tienes que hacer. Y me di cuenta de que se había convertido en una adicción para mí. Y no me sentía cómoda sin ello”.
Para la intérprete de No one, era un martirio, le producía ansiedad salir a la calle sin ‘arreglar’: “Cada vez que salía de casa, me preocupaba si no me había maquillado. ¿Y si alguien quiere una fotografía? ¿Y si la publica en las redes?. Esos eran mis pensamientos de inseguridad, pero honestos. Y todo ello, de una forma o de otra, se basaba en gran medida en lo que la gente pensara de mi”.
Pero no fue hasta 15 años después, mientras preparaba su sexto álbum de estudio Here (2016), cuando se produjo una transformación radical en la artista. Algo que iba más allá de mostrar su imagen sin artificios cosméticos. Esperaba que fuera una revolución: “porque no quiero encubrirme nunca más. Ni mi cara, ni mi mente, ni mi alma, ni mis pensamientos, ni mis sueños, ni mis luchas, ni mi crecimiento emocional. Nada”.
En una de las primeras sesiones de fotos para su álbum Here, la fotógrafa Paola Kudacki convenció a Alicia: “Llegaba del gimnasio, tenía un fular bajo mi gorra de baseball, y Paola me dijo ‘¡Tengo que fotografiarte justo ahora!. La música del álbum es cruda y real, y estas fotos tienen que ser también así’. Me quedé en shock. Rápidamente me puse un poco nerviosa e incómoda. Mi cara era totalmente natural. ¡Llevaba una sudadera!… Y le pregunté ‘¿Ahora? ¿Así como estoy?. Quiero ser real, pero esto puede ser demasiado real!!!’. Sobre un fondo blanco liso, yo y la fotógrafa, yo y esa gorra de baseball y el fular y un puñado de magia invisible circulando. Y juro que es lo más fuerte, lo más empoderado, lo más libre y lo más honestamente bello que he sentido en mi vida”.
Ese look natural que luce Alicia Keys desde 2016, tiene truco. Y fue Dotti, su popular maquilladora, quien lo desveló en una entrevista en W magazine (de Octubre de 2016): Definidor de cejas, sérum auto-bronceador y anti-edad, crema matificante… y todo ello por unos 350 €.
La cantante también se aplica pulpa de pepino y en sus apariciones públicas, se esmera un poco más, como cuenta Dotti: “Cuando actúa como jurado en ‘La Voz’ lleva algo de maquillaje, pero es mínimo comparado con el resto. Se rellena las cejas con pelos o potencia sus pecas con un definidor de cejas. Además, da brillo a sus mejillas con un auto-bronceador. También se somete a tratamientos faciales con hielo… hasta que la sangre aflora a la superficie, y consigue un rostro natural, fresco: “Prácticamente hace que su piel diga ‘Hola. Te quiero'”